domingo, 29 de julio de 2012

miércoles, 11 de julio de 2012

EXPRESIONISMO AUSTRÍACO: EGON SCHIELE

Referencias con la pintura de Klimt
KLIMT: Judith II,
Schiele siempre admiró a Klimt. Esto supuso una reacción frente al dogmatismo de la formación académica. En lugar del dibujo naturalista del cuerpo y un estilo pictórico en perspectiva, fue adoptando progresivamente los principios creativos de Klimt: la acentuación de la superficie pictórica, sirviéndose tanto del hermoso carácter lineal del dibujo, como de la utilización de ornamentos en sustitución del espacio.
Para Klimt la línea es siempre la que define el espacio de los cuerpos, incluso cuando en su belleza se independice, se vuelva melódica o rítmica estilizando las figuras. La línea de Schiele, sin embargo, se convierte en un instrumento autónomo de la interpretación; en cierto sentido es inmaterial y en su angulosidad oculta valores emocionales y expresivos. La línea de contorno en la obra de Klimt es fluida y suave, fija el cuerpo como un todo y los dibujos raras veces tienen el carácter de un esbozo. La línea en los dibujos de Schiele, por el contrario, parece frágil y forzada, a menudo es quebradiza, casi nunca recta o curva, se interrumpe y se acentúa o debilita según se acentúe un detalle permaneciendo siempre tan segura y magistral que hasta los críticos más escépticos no pudieron dejar de reconocer la genialidad de los dibujos del artista.
               E. SHIELE: "Retrato de Gerti Schiele", 1909            "Muchacha de pie con tela de cuadros", 1910
Las teorías de Kandinsky sobre el valor psicológico de la línea sirvieron para entender la importancia que Schiele dio a la línea y al dibujo. Para Kandinsky los grados de los ángulos (agudo, recto y obtuso) son como la propia actividad artística: la agudeza y la actividad suprema de la visión, la frialdad y la moderación de la realización de la debilidad al terminar el trabajo.
Egon Schiele, junto con Oskar Kokoschka, es el pintor que ha ejercido la influencia más larga y duradera en el mundo artístico de Viena después de que la gran época de Klimt finalizara. Tras un leve flirteo con el estilo de Klimt, Schiele cuestionó pronto la orientación estética de la bella superficie del Art Nouveau vienés con sus pinturas escabrosas y difícilmente accesibles. REINHARD STEINER: "SCHIELE"
El narcisismo de Egon Schiele
                   Autorretrato con la mano a la mejilla, 1910
"En los primeros autorretratos, realizados entre 1905 y 1907, se expresa en principio el deseo imperioso de compensar la pérdida sufrida por la muerte de su padre, que siempre había alabado sus dibujos, mediante una exaltación grandiosa y exhibicionista del propio yo. La temprana admisión en la Academia de Viena a la edad de dieciséis años tuvo que haber confirmado sin duda alguna su ego artístico; consciente de sí mismo, aparece a partir de entonces con la paleta y el aspecto de un dandy. Tras la "Fase Klimt", a partir de 1910, aumenta progresivamente la tensión de los autorretratos. Desde entonces hasta 1913 la mayoría de las representaciones se caracterizan por el exceso de valores expresivos que dificultan su comprensión como simples autorretratos. Estas representaciones niegan el perfil claro de un individuo que siempre es el mismo a pesar de la apariencia múltiple." REINHARD STEINER: "SCHIELE"
         Profetas (Autorretrato doble). 1911
La duplicidad
"El espejo se convierte en espejo deformante, el reflejo de su propia imagen en un alter ego, en otro yo extraño. Los rasgos dominantes de esta nueva fase, son la delgadez de la figura, las contorsiones virtuosas del cuerpo, una mímica entre estrafalaria y tétrica que no está dominada por ninguna regla comprensible de la afectividad, y un cabello corto y rebelde que se levanta como electrizado. La pose ante el espejo ha desarrollado progresivamente una dinámica propia enajenadora que se corresponde con una forma en el medio dibujo y la pintura, la cual se aparta del modelo natural, es decir de la reproducción en sentido realista.  
Al margen de toda influencia directa, muchos de sus cuadros y poemas están muy cercanos a las ideas de Nieztsche. Por ejemplo, aquellas ideas sobre el cuerpo que se formulan en un capitulo de "Así hablo Zaratustra»: "Hermano, detrás de tus pensamientos y sentimientos se encuentra un poderoso soberano, un sabio desconocido que se llama Yo Mismo. Vive en tu cuerpo y es tu cuerpo." A partir de 1910 el cuerpo desnudo va adquiriendo importancia progresiva como tema central en los autorretratos de Schiele

Con su desnudo se enfrenta de forma programática al encubrimiento ornamental del cuerpo en Gustav Klimt y los partidarios del Sezessionismo lo convierte eb la forma expresiva más consecuente del
autorretrato, no como exposición del cuerpo desnudo, sino como renuncia completa al propio yo. 


El abandono y el aislamiento del yo representado por el propio cuerpo, se corresponde con una supresión radical de toda alusión espacial. Schiele neutraliza el "fondo" mediante superficies monócromas que hacen que el cuerpo se vuelva inestable y los movimientos parezcan erupciones o sacudidas nerviosas. El contorno irregular y anguloso de la figura, cuya aparición resalta todavía más expresiva en contraposición a la superficie neutra, contribuye a alejar la representación del aspecto natural de la imagen del espejo y permite que sobre la superficie del cuerpo aparezcan rasgos expresivos.  REINHARD STEINER: "SCHIELE"
La técnica
Heinrich Benesch  conocía la forma de trabajar y el virtuosismo del dibujo de Schiele por haberlo contemplado personalmente y los describió con énfasis:  "La belleza que Schiele nos regala en la forma y el color, nunca existió antes de él. Su dibujo era algo único. La seguridad de su mano era casi infalible. (…) Si alguna vez cometía un fallo, lo que ocurría raras veces, tiraba la hoja; no sabía lo que era una goma de borrar. Schiele creaba sus dibujos solo del natural. En esencia eran contornos que adquirían su plasticidad a través del color. Realizaba el coloreado siempre sin modelo y de memoria.  Schiele, antiacadémico por completo y radicalmente subjetivo, "inventa" ángulos visuales y perspectivas que desfiguran las figuras desde el punto de vista compositivo, mostrándolas contraídas y deformadas.
Autorretratos realizados entre 1910 y 1914
"No hay arte nuevo. Hay artistas nuevos. El artista nuevo tiene que ser completamente fiel a sí mismo, ser un creador, ser capaz de construir sus propios cimientos directamente y solo, sin apoyarse en el pasado o la tradición.... la fórmula es su antítesis." EGON SCHIELE
Una especie de ...¿"sacerdote del arte"? 
"Cuando me vea en mi totalidad, tendré que verme yo mismo, saber yo mismo qué es lo que quiero, no solo lo que me ocurre sino hasta dónde llega mi capacidad de ver, cuáles son mis instrumentos, cuáles son las sustancias misteriosas que me configuran y cuáles son las que predominan, que es lo que reconozco y lo qué hasta ahora he reconocido en mí mismo. Me veo evaporarme y expirar cada vez con más fuerza, las oscilaciones de mi luz astral se aceleran, se vuelven más repentinas, sencillas y similares a un gran reconocimiento del mundo. Así produzco a partir de mi mismo siempre más, siempre cosas más amplias, ilusiones eternas, siempre y cuando el amor, que lo es todo, me enriquezca de este modo y me conduzca allí donde instintivamente me siento atraído, lo que quiero arrancar de mí mismo para aportar otra vez algo nuevo, lo que he percibido a pesar de mí mismo."
“¡Reprimir al artista es un delito, es asesinar la vida cuando germina!”, 1912
"La verdad se ha desvelado", 1913
Autorretrato como San Sebastián (Cartel), 1914-1915
"Mi ser, mi descomposición, trasplantado a valores permanentes, tiene que producir mi fuerza en otros seres desarrollados o más desarrollados, más pronto o más tarde como una religión aparente. Los más avanzados me prestarán atención, los más alejados me mirarán y ¡los que me nieguen vivirán de mi hipnosis! Soy tan rico que me tengo que regalar a otros." EGON SCHIELE
Figuras femeninas
"Los desnudos femeninos de Schiele sugieren al espectador una situación íntima en la cual las figuras se comportan como si en realidad estuvieran solas y nadie las observara. Relajadas por completo y en poses placenteras, parecen abandonarse a sueños y fantasías eróticas. Precisamente por ello el espectador se convierte en voyeur: penetra en la esfera íntima de una persona, ve algo que no está dirigido a él y, no obstante, permanece como espectador secreto." REINHARD STEINER: "SCHIELE"

Imágenes simbólicas: Eros y thanatos
El amor, el erotismo, la soledad, la muerte y la maternidad son representadas simbólicamente por Schiele. Representaciones como “El abrazo”, “La familia”, “Madre e hijo”, "Agonía" “La embarazada y la muerte”, "La doncella y la muerte" muestran el mundo de sus obsesiones.
“El abrazo”, 1917

"Madre con dos niños", 1917
"Cardenal y monja", 1912

"La doncella y la muerte", 1911
"Agonía", 1912

"Vidente" (la muerte y un hombre), 1911

Alejarse de Viena
A Schiele la ciudad le ahogaba. El ambiente puritano de Viena, lleno de prejuicios morales, no encajaba con su libertad expresiva. Necesitaba alejarse de vez en cuando:
“Quiero paladear aguas oscuras y árboles que se quiebran, ver vientos salvajes; quiero mirar asombrado verjas mohosas, Como viven todos ellos, escuchar bosques jóvenes de abedules y las hojas tiritando, quiero ver luz y sol y disfrutar al atardecer de los húmedos valles de color azul verdoso. Sentir como brillan los peces dorados, ver como se forman las nubes blancas, quiero hablar con las flores. Ver con cariño los prados y las gentes sonrosadas, conocer iglesias antiguas y dignas y pequeñas catedrales, quiero correr sin parar por redondeadas colinas y amplias llanuras, quiero besar la tierra y oler las suaves y cálidas flores del musgo; después crearé con tanta hermosura: campos de colores. . .»
Schiele plasma una naturaleza casi de carácter antropomórfico: “Ahora observo sobre todo los movimientos corporales de las montañas, el agua, los árboles y las flores. Por todas partes le recuerdan a uno movimientos similares a los del cuerpo humano, sentimientos similares de alegrías y penas en las plantas.”
Tras la Gran Guerra, realizará una serie de cuadros de vistas urbanas y paisajes en que muestra un modelo de visión más sencillo.
"Ciudad a orillas del río Azul", 1910

"Paisaje en Krumau", 1916
"Stein on the Danube with Terraced Vineyards"
En hemeroteca
"Horas más tarde, cruzando la Ringstrasse frente a la mole de la Ópera, sorteando tranvías y bajo una ventisca de dimensiones bíblicas, uno se seguía haciendo preguntas, preguntas baladíes en torno a lo que somos y lo que decimos que somos, lo que pensamos y lo que en realidad decimos que pensamos, lo que deseamos y no somos capaces de revelar... y entonces volvían a aparecer, repetida, obsesivamente, los espejos atormentados de Egon Schiele, sus retratos y autorretratos de angustia y búsqueda, todo ese abanico de interrogantes que uno de los tipos menos clasificables de la historia del arte lanzó al aire en la efervescencia modernista de la Viena de principios del siglo XX. Alguien que hacía preguntas y, desde sus pinturas, trataba de responderlas. Sin rodeos.
Misión condenada al fracaso, horas después de contemplarlos, la de quitarse de la cabeza esos cuerpos dislocados y esas miradas alucinadas, esos pobres diablos desnudos y desafiantes, terribles, esos prohombres de la cultura o las finanzas sabedores de su poder, esos niños en escorzo que posan con ojos de gente mayor, esas mujeres tan plagadas de sexualidad pero tan tristes, esa desolación, toda esa negrura..." 
(...) Un pintor de culto y de trazo poderoso que, casi un siglo después de su muerte, cuenta con legiones de apasionados seguidores que rastrean y olisquean las páginas de sus biografías y de sus catálogos como si buscaran a uno de esos escasos autores que, con su existencia y sus creaciones, rompieron el molde e hicieron saltar en mil pedazos cualquier posibilidad de encasillamiento. 
Porque Egon Schiele se zambulló conscientemente, sí, en las aguas turbulentas del expresionismo, donde tras la bendición de Klimt abrazó la obra de otros artistas de la Secesión vienesa como su amigo Max Oppenheimer y Oskar Kokoschka
 "Él pensaba que para poder adentrarse a fondo en los entresijos del alma humana, tenía que conocer primero a la perfección la suya, y por eso se pintó a sí mismo tantas veces... Schiele sentía una gran ansiedad ante la vida, ante la sexualidad, ante los misterios del hombre, su vocación irrefrenable era la exploración de la psyche, y al mismo tiempo creía con mucha fe en la capacidad del arte de trascenderlo todo", explica Jane Kallir , máxima especialista mundial en la obra del artista 
Arrogante, orgulloso, melancólico, oscuro, triste, iracundo, solitario... así se muestra Schiele en sus autorretratos, donde parece presentarse a sí mismo como el emisario de otro mundo, como alguien que se ha asomado a algún lugar horrible y ha visto cosas que los demás hombres no han visto."  BORJA HERMOSO: "El espejo atormentado de Schiele" ... leer el artículo completo

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